El siguiente es un extracto de la entrevista que Sebastián Campanario le hizo a Rafael Di Tella y que se publicó hoy en el iEco de Clarín:
- Se refiere a los economistas en tercera persona, ¿cómo se lleva con su profesión?
- No me llevo del todo bien. Me molesta cierta pedantería. A veces los economistas se vuelven un grupo cerrado, que pretende fijar reglas sobre lo que es científico y lo que no es.- En el sitio VOX, muy respetado en su profesión, se publicó un estudio correlacionando sobrepeso en adolescentes con sexo anal. ¿No se está yendo un poco lejos con esto de la "economía de cualquier cosa"?
- Absolutamente. Hay muchos papers malísimos. Hay una cosa que le está quitando seriedad a nuestra profesión, y es esta necesidad ridícula de los economistas porque los periodistas nos amen.Conozco gente muy inteligente que se pasa meses dedicada a temas completamente irrelevantes, sólo para lograr un título en un diario. Es algo que no puedo entender. Hacer econometría del sexo anal me parece una boludez. Los economistas vivimos vidas por lo general muy aburridas, chequeando cosas muy técnicas; si a vos no te interesa eso, mejor que te dediques a otra cosas, porque vas a terminar metiendo la pata.
Tal vez sea tan sólo una primera impresión, tan repentina como equivocada, pero me da la sensación de que Rafael se queja de la "pedantería" de los economistas (en tercera persona) al decidir "sobre lo que es científico y lo que no es" y en la siguiente respuesta pretende decidir sobre cuál investigación es una boludez y cuál no. ¿Eso no es más o menos lo mismo?
Después, que muchos economistas escriban cualquier cosa buscando un titular en los diarios, probablemente sea cierto. Tal vez la moraleja es que seguramente uno va a disentir con las acciones de muchos de los que comparten su profesión (y con muchos de los que comparten su religión y de los que comparten su equipo de fútbol, su país, etcétera, etcétera) pero la seriedad es más individual que colectiva.
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