En los últimos tiempos se han puesto de moda las campañas de concientización sobre diferentes problemas.
En octubre estábamos todos de rosa por la lucha contra el cáncer de mama. Hasta la Casa Blanca se iluminó de rosa, mientras en Argentina el cáncer en la Casa Rosada lo tenemos todo el año.
En noviembre llegó Movember: todos los hombres a dejarse el bigote para concientizar sobre el cáncer de próstata y hasta surgió aquello de tener sexo con un hombre con bigote.
Hace un par de semanas, la gente empezó a poner dibujos animados de su infancia como foto de perfil de Facebook. Resulta que era una campaña de concientización sobre abuso infantil.
Finalmente, hace una semana fue el día mundial de la lucha contra el SIDA y abundaron los lazos rojos.
La pregunta es si todo esto sirve para algo. ¿Existe realmente concientización? ¿O es solamente algo que les gusta a los privilegiados? ¿Una concientización que ayude en algo a resolver el problema? ¿O es una fachada para que la gente se sienta bien consigo misma y se crea que está haciendo algo bueno? Esto último es lo que se llama slacktivism: me aflijen los problemas del mundo pero relamente no tengo ganas de hacer algo; entonces, con un click del mouse tranquilizo mi conciencia y doy la impresión de estar haciendo algo. Pero todavía hay algo más perverso y es el pensamiento de "me puse la cintita rosa, ya hice mi parte", lo cual significa que el tiro puede salir por la culata.
Se me viene a la mente un pasaje de El Túnel en el que Sábato reflexiona sobre dar limosna y concluye que la moneda que la persona arroja al pasar no es más que el precio de la tranquilidad de conciencia del transeúnte.
Con aquello de los dibujos animados, creo que mucha gente aprovechó para tener un momento de nostalgia y ni se enteró de qué se trataba la cosa. Por otra parte, una ola de campañas una atrás de la otra seguramente afectará de alguna forma su efectividad. Seguramente algunas campañas sean mejores que otras y seguramente haya un poco de las dos cosas. Los resultados no son fáciles de medir y la pregunta difícilmente tenga una respuesta.
En octubre estábamos todos de rosa por la lucha contra el cáncer de mama. Hasta la Casa Blanca se iluminó de rosa, mientras en Argentina el cáncer en la Casa Rosada lo tenemos todo el año.
En noviembre llegó Movember: todos los hombres a dejarse el bigote para concientizar sobre el cáncer de próstata y hasta surgió aquello de tener sexo con un hombre con bigote.
Hace un par de semanas, la gente empezó a poner dibujos animados de su infancia como foto de perfil de Facebook. Resulta que era una campaña de concientización sobre abuso infantil.
Finalmente, hace una semana fue el día mundial de la lucha contra el SIDA y abundaron los lazos rojos.
La pregunta es si todo esto sirve para algo. ¿Existe realmente concientización? ¿O es solamente algo que les gusta a los privilegiados? ¿Una concientización que ayude en algo a resolver el problema? ¿O es una fachada para que la gente se sienta bien consigo misma y se crea que está haciendo algo bueno? Esto último es lo que se llama slacktivism: me aflijen los problemas del mundo pero relamente no tengo ganas de hacer algo; entonces, con un click del mouse tranquilizo mi conciencia y doy la impresión de estar haciendo algo. Pero todavía hay algo más perverso y es el pensamiento de "me puse la cintita rosa, ya hice mi parte", lo cual significa que el tiro puede salir por la culata.
Se me viene a la mente un pasaje de El Túnel en el que Sábato reflexiona sobre dar limosna y concluye que la moneda que la persona arroja al pasar no es más que el precio de la tranquilidad de conciencia del transeúnte.
Con aquello de los dibujos animados, creo que mucha gente aprovechó para tener un momento de nostalgia y ni se enteró de qué se trataba la cosa. Por otra parte, una ola de campañas una atrás de la otra seguramente afectará de alguna forma su efectividad. Seguramente algunas campañas sean mejores que otras y seguramente haya un poco de las dos cosas. Los resultados no son fáciles de medir y la pregunta difícilmente tenga una respuesta.
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