Viendo las fuentes de tráfico en el blog (i.e. desde donde entran los visitantes, si clickeando en un link en facebook, poniendo directamente la dirección, buscando algo en google, etc.) noté desde hace rato que mucha gente llega a este post buscando "tirar la moneda online" en Google, búsqueda en la cual, por algún capricho cibernético, mi post es el primer resultado.
Eso me hizo acordar a alguna discusión con mi novia en la cual le reproché, casi hasta el punto del enojo, que pretendiera tomar una decisión tirando una moneda. Para un defensor de la racionalidad como yo, tal cosa es inconcebible. Después de todo, tus preferencias son completas y transitivas, en el peor de los casos estás indiferente, elegí cualquiera que sabés que no te vas a equivocar.
Sin embargo, parece que muchas decisiones se toman así. Se dice que William Hewlett y Dave Packard tiraron una moneda para ver en qué orden iban sus apellidos. Por suerte salió la que suena mejor.
Pero mi obstinación es tal que seguía sin aceptar la posibilidad de realizar tal procedimiento. Sin emabrgo, hace algunas semanas, leyendo este libro, conocí la historia del asno de Buridán. La idea es la siguiente: un asno que tiene hambre y sed por igual y está a la misma distancia, pero en direcciones opuestas, de un tanque de agua y una pila de heno. Se postula que el asno no puede decidir en cuál de las dos direcciones ir primero por lo que morirá de hambre y/o sed. Pero un pequeño empujón en cualquier dirección pondrá al asno más cerca de alguna de las dos provisiones de manera que ira hacia ella, luego de lo cual irá hacia la otra y vivirá. En el artículo de la wikipedia se describen situaciones más verosímiles pero análogas a esta.
Esta historia tiene que ver con la existencia o no del libre albedrío o del determinismo. Pero también ilustra una situación en la cual necesitamos del azar y no de la decisión racional para proceder.
Mientras todo esto me sigue dando vueltas en la cabeza, los invito a que sigan llegando a LVT a tirar la moneda.
Eso me hizo acordar a alguna discusión con mi novia en la cual le reproché, casi hasta el punto del enojo, que pretendiera tomar una decisión tirando una moneda. Para un defensor de la racionalidad como yo, tal cosa es inconcebible. Después de todo, tus preferencias son completas y transitivas, en el peor de los casos estás indiferente, elegí cualquiera que sabés que no te vas a equivocar.
Sin embargo, parece que muchas decisiones se toman así. Se dice que William Hewlett y Dave Packard tiraron una moneda para ver en qué orden iban sus apellidos. Por suerte salió la que suena mejor.
Pero mi obstinación es tal que seguía sin aceptar la posibilidad de realizar tal procedimiento. Sin emabrgo, hace algunas semanas, leyendo este libro, conocí la historia del asno de Buridán. La idea es la siguiente: un asno que tiene hambre y sed por igual y está a la misma distancia, pero en direcciones opuestas, de un tanque de agua y una pila de heno. Se postula que el asno no puede decidir en cuál de las dos direcciones ir primero por lo que morirá de hambre y/o sed. Pero un pequeño empujón en cualquier dirección pondrá al asno más cerca de alguna de las dos provisiones de manera que ira hacia ella, luego de lo cual irá hacia la otra y vivirá. En el artículo de la wikipedia se describen situaciones más verosímiles pero análogas a esta.
Esta historia tiene que ver con la existencia o no del libre albedrío o del determinismo. Pero también ilustra una situación en la cual necesitamos del azar y no de la decisión racional para proceder.
Mientras todo esto me sigue dando vueltas en la cabeza, los invito a que sigan llegando a LVT a tirar la moneda.
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