Generalmente, el subsuelo del Starbucks de Callao y Viamonte es un lugar agradable para trabajar, con espacio en las mesas, sin música ambiental, tal vez le falte mejorar un poco la iluminación. Mientras me acomodaba en la mesa, me preguntaba por qué Fibertel me hace volver a conectarme al wi-fi cada cinco minutos y me redirige a su página antes de poder visitar algún otro sitio. Qué hinchapelotas.
Pero como no necesitaba trabajar con internet, dejé esto de lado y me puse a pensar la relación entre los modelos de equilibrio general dinámico estocástico y la eficiencia marginal del capital mientras disfrutaba mi caramel machiatto con leche descremada.
La gente iba y venía y un señor solcitó bajar el aire acondicionado, gracias. Y sí, hasta la temperatura es agradable en este recinto. Para mayor comodidad, una de las empleadas pasa por las mesas retirando los vasos vacíos, servilletas y demás residuos para poder aprovechar el espacio y trabajar más cómodos. Gracias a vos.
Me sentía tan cómodo que pensé que estaba soñando, sensación que se reforzó cuando escuché la alarma de un despertador. ¿Un despertador en Starbucks? Sí, un grupo de jóvenes profesionales de la industria cinematográfica no tenían mejor idea que hacer sonar un despertador en intervalos de unos pocos minutos. En fin, a veces es mejor evitar el enfrentamiento y concentrarse en lo propio, además al resto de la gente parecía no molestarle tanto como a mí, no debía ser para tanto.
Hace años que estudio en bares y cafés y, a pesar de la evidencia, no me suelen distraer las conversaciones ajenas, al menos no tanto como la proximidad a la tele y la play en casa. Pero cuando la boluda que se sienta al lado discute con su amiga el estado de su aparato reproductor y los diferentes métodos anticonceptivos que probó o va a probar, la cosa se complica. Qué sé yo, por lo menos es más interesante escuchar sobre la concha de esta mina que sobre la histeria de la amiga porque un flaco la deliró en facebook. Ah, la del quiste en el ovario fue a ver "Alicia..." de Tim Burton y no le gustó. Debe ser que no la vio en 3D... o que la película realmente es mala... o que es una estúpida.
No, no seamos tan duros, estupidez es sacarse autofotos con flash adentro de un café lleno de gente, como el tarado de la mesa de la esquina. Ojalá se te atragante el frapuccino.
La gente iba y venía y un señor solcitó bajar el aire acondicionado, gracias. Y sí, hasta la temperatura es agradable en este recinto. Para mayor comodidad, una de las empleadas pasa por las mesas retirando los vasos vacíos, servilletas y demás residuos para poder aprovechar el espacio y trabajar más cómodos. Gracias a vos.
Me sentía tan cómodo que pensé que estaba soñando, sensación que se reforzó cuando escuché la alarma de un despertador. ¿Un despertador en Starbucks? Sí, un grupo de jóvenes profesionales de la industria cinematográfica no tenían mejor idea que hacer sonar un despertador en intervalos de unos pocos minutos. En fin, a veces es mejor evitar el enfrentamiento y concentrarse en lo propio, además al resto de la gente parecía no molestarle tanto como a mí, no debía ser para tanto.
Hace años que estudio en bares y cafés y, a pesar de la evidencia, no me suelen distraer las conversaciones ajenas, al menos no tanto como la proximidad a la tele y la play en casa. Pero cuando la boluda que se sienta al lado discute con su amiga el estado de su aparato reproductor y los diferentes métodos anticonceptivos que probó o va a probar, la cosa se complica. Qué sé yo, por lo menos es más interesante escuchar sobre la concha de esta mina que sobre la histeria de la amiga porque un flaco la deliró en facebook. Ah, la del quiste en el ovario fue a ver "Alicia..." de Tim Burton y no le gustó. Debe ser que no la vio en 3D... o que la película realmente es mala... o que es una estúpida.
No, no seamos tan duros, estupidez es sacarse autofotos con flash adentro de un café lleno de gente, como el tarado de la mesa de la esquina. Ojalá se te atragante el frapuccino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario