El primer post del 2011 va dedicado a la hermosa ciudad en la que lo comencé: Boston, Massachusetts.
El post es, más precisamente, acerca del sistema de transporte público de Boston. Resulta que los boletos para acceder a trenes y buses se llaman Charlie Ticket y este curioso nombre proviene de una curiosa historia.
En 1949, el candidato a alcalde por el Partido Progresista, Walter O'Brien, reclamaba en contra de las altas tarifas en el metro y también en contra de lo complicado del esquema, que entre otras cosas incluía un cargo de cinco centavos (un nickel) que se cobraba al bajar a partir de ciertas estaciones. Lo interesante es la forma que O'Brien encontró para comunicar su campaña: una canción de protesta.
Esta canción, en principio llamada "M.T.A." (las siglas de Metropolitan Transit Authority, la agencia que controla el sistema de transporte público, actualmente llamada MBTA) y luego rebautizada "Charlie on the MTA" cuenta la historia de un señor que no puede bajarse del metro porque no tiene dinero para pagar la tarifa de salida y queda varado eternamente en el metro, recorriendo toda la ciudad.
El post es, más precisamente, acerca del sistema de transporte público de Boston. Resulta que los boletos para acceder a trenes y buses se llaman Charlie Ticket y este curioso nombre proviene de una curiosa historia.
En 1949, el candidato a alcalde por el Partido Progresista, Walter O'Brien, reclamaba en contra de las altas tarifas en el metro y también en contra de lo complicado del esquema, que entre otras cosas incluía un cargo de cinco centavos (un nickel) que se cobraba al bajar a partir de ciertas estaciones. Lo interesante es la forma que O'Brien encontró para comunicar su campaña: una canción de protesta.
Esta canción, en principio llamada "M.T.A." (las siglas de Metropolitan Transit Authority, la agencia que controla el sistema de transporte público, actualmente llamada MBTA) y luego rebautizada "Charlie on the MTA" cuenta la historia de un señor que no puede bajarse del metro porque no tiene dinero para pagar la tarifa de salida y queda varado eternamente en el metro, recorriendo toda la ciudad.
Lamentablemente para O'Brien, la canción no le dio grandes resultados en términos electorales: finalizó último entre cinco candidatos. Sin embargo, la canción se convirtió en parte de la cultural popular de su ciudad y perdura más allá de cualquier alcalde.
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