El 16 de septiembre de 2010, la Federación de Fútbol de Seychelles anunció con orgullo al nuevo entrenador de su selección nacional, apodada "los piratas" (y ya van a ver por qué eso es relevante), Andrew Morrison. El problema fue que no era el Andy Morrison que ellos creían.
Mientras los africanos creían que tenían delante a Andy Morrison, ex volante central de varios equipos de la Premier League, ¡se trataba de Andy Morrison, entrenador de una escuela para niños desafortunados en Londres!.
Mientras los africanos creían que tenían delante a Andy Morrison, ex volante central de varios equipos de la Premier League, ¡se trataba de Andy Morrison, entrenador de una escuela para niños desafortunados en Londres!.
Sin embargo, el Andy menos famoso no quiso dejar pasar la oportunidad y tomó el cargo. En la conferencia de prensa de su presentación dijo que no llegó a Seychelles para vivir de su reputación como jugador. Algo lógico, considerando que dicha reputación no existe. Lo curioso es que cuando en la isla se dieron cuenta, en lugar de intentar invalidar el contrato ya firmado (y para resaltar aun más la irrelevancia del fútbol de Seychelles), le dieron un período de seis meses a prueba.
La confusión ha llegado al punto de que el artículo de la wikipedia del ex jugador Andy Morrison comienza aclarando que no es el entrenador de Seychelles. Actualmente, continúa entrenando a un equipo amateur en la ciudad de Northwich. Me cuesta imaginar su sorpresa en el momento en que atendió un llamado de un periodista que le preguntó cómo se sentía con su nuevo empleo.
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