miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Usted viene con el auto?

Hoy tuve la oportunidad de visitar el Washington Auto Show. Aunque es un salón bastante pequeño valió la pena y me traje algo para contar en el blog.

La relación entre los estadounidenses y los automóviles es bastante particular, sobre todo en relación con el consumo de combustible. Los muscle cars siguen siendo una buena imagen del gusto americano por los autos. Así, su relación con el ahorro de combustible es complicada. Aunque se vende una cantidad interesante de autos eléctricos o híbridos, la gente insiste en comprar nafteros con motores grandes y luego se queja mucho del "alto" precio del combustible a pesar de que en europa cuesta más que el doble.


Vaya como ejemplo que el único motor naftero con el que se vende el VW Golf es un 2.5L mientras que en Gran Bretaña las opciones son un 1.2 o un 1.4L. La diferencia de consumo según las cifras declaradas por la fábrica superan el 30% tomando la versión británica más potente (ojo con la comparación que un galón en EE.UU. no es lo mismo que un galón en GB... pero no voy a despotricar contra el sistema imperial para no irme por las ramas).

De todas formas no pretendo tratar el tema en profundidad sino solamente contar un par de curiosidades que me encontré en el salón y que ilustran mi impresión del tema.

Gas Guzzler vs. Fuel Cell

Primero, en el stand de Mercedes-Benz pude tomar la foto de aquí arriba. A la derecha se ve la GL55 AMG, con un monstruoso motor de 6.3 litros. Un poco más atrás, otro sedán negro que calza la misma bestia bajo el capó. Frente a ellos, a la izquierda de la foto, se ubica toda la gama de Mercedes-Benz equipada con celdas de hidrógeno y cero emisión de partículas contaminantes. Además de (en mi opinión) una pobre diagramación del espacio, la foto contrasta la sed americana por los motores grandes -tanto que aquel Mercedes es alcanzado por un impuesto especial llamado Gas Guzzler Tax- con la preocupación de otros por el medio ambiente. Las empresas ofrecen un producto para cada consumidor. Y en el país de los extremos, los consumidores tienen gustos, valga la redundancia, bastante extremos.

La segunda anécdota es un poco más simpática. Un área del salón estaba dedicada a los combustibles limpios, con todo tipo de vehículos, información y varios stands de diferentes organizaciones. Llegando al final de este sector, me encuentro con una coupé Chevy. No pude aguantar preguntarle a un flaco que estaba ahí y me dijo que era el auto de uno de sus compañeros de trabajo y que lo pusieron porque no llegaron a tener listo el auto que iban a presentar. Acá abajo la foto. Insólito.

Lo único verde en esta Chevy es la pintura.

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