jueves, 28 de mayo de 2009

Las puertas de la percepción

Hace no mucho tiempo, leí un artículo que "denunciaba" que en la enorme mayoría de los ascensores automáticos, el botón de cerrar la puerta en realidad no funciona y está ahí únicamente para dar una sensación de control y seguridad al pasajero. Googleando un poco se pueden encontrar varias cosas al respecto.

Lo curioso del caso es que en mi trabajo ha habido algunas simpáticas discusiones sobre el cierre de las puertas de los ascensores y luego de leer este artículo, estoy bastante seguro de que el susodicho botón está de adorno: la lucecita se enciende cuando lo presiono, pero la puerta cierra cuando al ascensor se le canta.

Pero lo que me causó mayor sorpresa y motivó finalmente este post fue ir a un edificio ubicado en el barrio porteño de Palermo, donde vive un amigo de un amigo y encontrarme que el ascensor directamente no tiene botón para cerrar la puerta. Aquí la prueba:


Finalmente, hablando de seguridad en los ascensores, en este artículo del New Yorker, que habla de un tipo que pasó 41 horas encerrado en uno de estos dispositivos, se menciona que se conoce un solo caso de un ascensor que ha caído al vacío debido al corte de sus cables y para eso hizo falta que un avión se estrellara contra el edificio. Ah, no fue el 11/9, fue en 1945, en el Empire State, acá un raconto de la historia.

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