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miércoles, 6 de junio de 2012

El niño good effort

Anoche, cuando vi el final del partido entre Boston y Miami, sabía que iba a leer sobre esto al día siguiente. Un niño despidió a los derrotados jugadores del Heat al grito de "¡Good job! ¡Good effort!" y se convirtió en un meme instantáneo, reproducido por todos los blogs de básket de EE.UU.


Para completar el absurdo, el pibe ya tiene su propio fake en Twitter: @goodjobkid.


martes, 20 de septiembre de 2011

El auténtico busca argentino

Nunca vi la serie "El Busca" de Luis Brandoni pero dudo que su personaje ficticio supere a este hombre real que es plomero y gasista matriculado pero también cantante y showman

¡Gracias Juan por la foto!

Y por si hacen falta pruebas, Julio Alanis figura en el listado de gasistas matriculados de MetroGas y acá lo tienen cantando. Así que, desde aquí va un sentido homenaje al verdadero busca argentino.

martes, 21 de junio de 2011

Estamos todos locos

Hace alrededor de dos años, buscaba una novela en inglés para leer y, por recomendación de mi novia, acabé leyendo la que se convirtió en uno de mis libros favoritos: "Catch-22" de Joseph Heller. "Catch-22" narra la historia del Capitán John J. Yossarian, un aviador estadounidense en la segunda guerra mundial que, desde el principio, está desesperado por que lo manden de regreso a su hogar. Después de haber intentado casi todo, Yossarian intenta demostrar que está loco, pero su plan se encuentra con una extraña regla, llamada Catch-22, que dice que toda persona en su sano juicio estaría preocupada por su seguridad a la hora de volar en combate. Así, al rehusar subirse al avión, Yossarian demostraba su cordura, por lo cual estaba obligado a continuar volando. Por el contrario, cualquiera que se subiera con gusto a un bombardero, estaba demostrando su locura, por lo que no tenía obligación de hacerlo. Así, la única manera de mostrar que uno podía no subirse al avión era subiéndose al avión.

A partir de allí, la novela presenta a muchos otros personajes, mostrando cómo todos están locos menos Yossarian y siguiendo las desventuras de este último para tratar de escapar del combate aéreo. Detrás de este absurdo, la novela trata muchos temas trascendentes y lo hace con un genial sentido del humor. Es uno de los pocos libros que me han hecho reir en voz alta. En la cultura popular estadounidense, la expresión Catch-22 se convirtió en un sinónimo de cualquier situación de este tipo, en la cual las reglas hacen que, para obtener algo, uno tenga que estar en la situación en la cual esa cosa es imposible o innecesaria. Por ejemplo, muchas veces es imposible obtener un crédito sin un historial crediticio pero para tener esto úlitmo, uno necesita haber obtenido créditos primero.

Yossarian, interpretado en una buena adaptación de la novela por el actor que, 35 años después, haría el papel del abuelo en Little Miss Sunshine.

Pero ¿a qué viene todo esto? A un reciente artículo de The Guardian (visto acá) que cuenta la historia real de Tony, un hombre que fingió estar loco para evitar ir a la cárcel común y terminar en una institución psiquiátrica, algo parecido a lo que hacía el protagonista de "One Flew over the Cuckoo's Nest" (y esta no debe ser la única similitud con esa genial historia).

Esa puede haber sido la peor decisión que Tony tomó en su vida. Ocurre que la vida en el manicomio resultó ser mucho peor de lo esperado, de manera que Tony confesó su mentira y comenzó a cooperar en todas las actividades posibles para mostrar que estaba sano. Pero ¿cuál fue la respuesta de los médicos? "La detención y el tratamiento lo están ayudando, ahora coopera en todo". Así, el siguiente intento de Tony fue una guerra de no cooperación. ¿La conclusión de los médicos? "Ok, no estás loco pero sos un psicópata manipulador". Más tiempo en el psiquiátrico. Así, sí Tony se comportaba pacíficamente, la resolución era que el tratamiento le estaba haciendo bien, pero si se comportaba en forma beligerante, la conclusión era que necesitaba más tratamiento. Catch-22. Tony enfrentaba una pena de hasta 7 años de cárcel y ya lleva 12 en el psiquiátrico.

Es difícil demostrar que uno no está loco. Si no, pregúntenle a Homero.

La historia de la nota va todavía más allá y recomiendo que la lea quien tenga tiempo y ganas. Me hizo pensar también en la situación que se vive en el Borda y cosas que leí sobre los planes para eliminarlo y la lógica que el hospital psiquiátrico implica. Una moraleja de la vida de Tony parece ser que resulta mucho más difícil demostrar que uno está cuerdo que demostrar que uno está loco. Después de todo ¿qué es estar loco?

jueves, 5 de mayo de 2011

Las idas y vueltas de Ron-Ron

Hace unos meses hablaba del extraordinario Ron Artest, extraordinario en varios sentidos de la palabra. Poco más de una semana atrás, a Ron le otorgaron el J. Walter Kennedy Citizenship Award que se entrega a un jugador o técnico de la NBA como reconocimiento a su servicio a la comunidad. Tal vez el principal motivo del premio, la rifa de su anillo de campeón, motivó aquel post.

Anoche, Ron mostró su otra cara. Lo embocó a J.J. Barea de los Dallas Mavericks y se ganó una expulsión y una suspensión de un partido. De yapa, su compañero Lamar Odom ligó un rodillazo en sus partes nobles. Observen:



Y es que el Ron-Ron es así. Impredecible e indescifrable.

miércoles, 30 de marzo de 2011

La historia del petiso traumado

Había una vez un muchacho escocés llamado James M. Barrie, que vivía con sus padres y una cantidad de hermanos que apenas alcanzan los dedos de las manos para contar. Margaret, su madre, a pesar de su numerosa descendencia, tenía un hijo favorito: David, varios años mayor que James. Pero David murió trágicamente luego de accidentarse mientras patinaba sobre hielo y justo antes de cumplir los 14 años. Como consecuencia, su madre prácticamente perdió el juicio y James, de solo 6 años en ese entonces, decidió intentar consolarla. Pero su esfuerzo llegó a niveles enfermizos: James se vestía con la ropa de David, silbaba como David solía hacerlo y le contestaba a su madre con evasivas cuando ella le preguntaba si realmente era él. Así, el hijo predilecto de Margaret siguió siendo un niño durante mucho tiempo después de su muerte.

Esta odisea, tuvo duras consecuencias en la vida de James. Aunque no está comprobado, se especula con que una de ellas fue su baja estatura (apenas superó los 1,60m.) ya que se sabe que el estrés extremo puede detener el crecimiento. Lo cierto es que el cuerpo de James se negó a crecer, así como la fantasía de su hermano que él mismo creó.

Más tarde en su vida, J.M. Barrie se dedicó a la dramaturgia. Una de sus obras se destaca entre el resto y es la de un niño que también se negó a crecer y que todos conocemos: Peter Pan. Muchas cosas más se han especulado sobre la historia de Peter Pan, por ejemplo el supuesto carácter edípico de su relación con Wendy pero son sólo interpretaciones.


Un par de días atrás, llegué a conocer esta historia a través del podcast "Stress" del programa Radiolab y realmente me pareció fascinante cómo un personaje infantil se originó en una tragedia familiar y en el trauma de su creador. Es una prueba más de que cotidianamente vemos sólo la punta del iceberg.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La increíble y triste historia de Tim Richmond

El pasado domingo, se corrieron las tradicionales 500 millas de Daytona, que abren el campeonato de la NASCAR cada año. En esta edición, los fanáticos lloraron la muerte del legendario piloto Dale Earnhardt, ocurrida en la última vuelta de la edición de 2001, tras un accidente en la última vuelta de la carrera.

Pero yo quiero hablar de otro fallecido piloto de NASCAR, cuya historia descubrí pocos días atrás gracias a un documental de ESPN: un tal Tim Richmond. Hace algunos meses, escribí sobre una de mis películas favoritas de mi infancia, Días de Trueno. Resulta que Cole Trickle, el personaje de Tom Cruise, está basado en Tim Richmond. Por eso, por ejemplo, Cole va a la NASCAR luego de haber corrido en autos de fórmula (open wheels). Cole, al igual que Richmond, no tenía ni idea de mecánica. Asimismo, hay una escena de la película donde Harry (Robert Duvall) desafía a Cole a correr 50 vueltas a su manera y luego otras tantas como él quería para mostrarle la diferencia en el consumo de los neumáticos. Esto realmente ocurrió entre Richmond y su jefe de mecánicos, también llamado Harry.

Tim Richmond haciendo facha junto al auto del Hendrick Motorsports. Justamente este equipo preparó lo autos que se utilizaron para filmar Días de Trueno.

A mediados de los ochenta, Tim iba convirtiéndose en una sensación dentro de la serie NASCAR. Era algo así como un Marquitos Di Palma, célebre por sus locuras fuera de la pista y su carisma para atraer a la gente, en particular, claro, a las damas. Esporádicamente, además, se le daba por manejar bien y ganaba alguna carrera. En 1986 tuvo su mejor año, siendo tercero en el campeonato (ganado justamente por Earnhardt) y siendo el piloto que más carreras ganó, con siete, lo que le valió el reconocimiento de piloto del año. Pero a partir de allí, las cosas dieron un giro inesperado.

Hacia fines de 1986, Richmond cayó enfermo y se le diagnosticó neumonía doble, por lo que fue hospitalizado en Ohio, donde nació y residía. La enfermedad le hizo perderse el comienzo de la temporada 1987. Luego de que le costara más de lo esperado salir de ese cuadro, sus médicos hicieron otros análisis y finalmente le diagnosticaron SIDA. Aun así, Tim volvió a correr en junio de ese año y obtuvo una victoria heroica en su regreso, terminando la carrera con la caja de cambios trabada en la cuarta velocidad.

Días de Trueno se filmó hacia fines de 1989, casi en simultáneo con el fallecimiento de Richmond. Esta foto es de una carrera en Phoenix, el 5 de noviembre. Me pregunto si sabían de su enfermedad cuando escribieron el guión.

Pero durante esa temporada, Richmond continuó padeciendo problemas respiratorios, al punto que era común que tuviera que dejar de hablar en medio de una entrevista, debido a la tos. Sin embargo, siempre se mantuvo en secreto su condición. En ese entonces y en el ambiente del NASCAR, el SIDA era todavía "la enfermedad de los homosexuales" (aunque la ciencia ya sabía que no era así y claramente Richmond aprendió que ese no era el caso al saber que se había contagiado). Aunque suene feo, la triste realidad es que Tim no habrá querido que se diga eso de él, en el ambiente de NASCAR. A pesar de que los rumores siempre estuvieron presentes, ni siquiera sus amigos más íntimos supieron de su enfermedad hasta después de su muerte.

Richmond sólo pudo correr ocho carreras en 1987, de las cuales ganó dos. Para el año siguiente, NASCAR lo sometió a una prueba de drogas bajo dudosas circunstancias, que Tim falló a causa de los analgésicos que tomaba. Aunque luego de una protesta, se le tomó otra prueba que dio negativa, se lo sancionó de todas formas. Richmond batalló legalmente, pero para cuando volvió a estar habilitado para correr, no consiguió un auto con el cual hacerlo. Para ese entonces, además, su salud se había deteriorado mucho.

En 2009, una categoría menor, el ARCA, comenzó a celebrar una carrera anual en memoria de Tim Richmond, donde se realizan campañas de concientización sobre el SIDA y pruebas gratuitas. Bien por ellos.

Tim Richmond murió el 13 de agosto de 1989, con tan sólo 34 años. El secreto sobre su enfermedad llegó a tal punto que se inventó un supuesto accidente de moto cuando fue hospitalizado definitivamente. Solo diez días después de ocurrida su muerte, finalmente se admitió que tenía SIDA.

Poco más de dos años más tarde, otro gran deportista estadounidense, Magic Johnson, supo que había contraído HIV. Lamentablemente, tal vez por su forma de ser y el contexto en el que vivía, Richmond no tuvo el valor de Magic para pararse delante de las cámaras y decir "...safe sex is the way to go. We sometimes think only gay people can get it, that it's not going to happen to me. And here I am saying that it can happen to anybody, even me, Magic Johnson." Mucho se habló de la irresponsabilidad de Richmond, que podría haber contagiado a los paramédicos si hubiese tenido un accidente en 1987 o también a mujeres con las que tuvo relaciones cuando ya sabía que portaba el virus.


Un lindo clip sobre Tim Richmond, con un tema del soundtrack de Días de Trueno


La historia de Tim Richmond, que atrajo mi atención por algo tan superfluo como una película de Tom Cruise, me resultó impactante no sólo por la tragedia de su enfermedad sino también por cómo transcurrieron los últimos años de su vida. El documental de ESPN, por ahora, está en YouTube. Se lo recomiendo a quien le interese: parte 1, parte 2, parte 3, parte 4.

"I'm trying to prove that I was put on this Earth to have fun."
Tim Richmond

jueves, 10 de febrero de 2011

Cómo la vida imita a los Simpson (XIII)

Todos recordamos aquella frase de Andy Warhol: "en el futuro todo el mundo será famoso por quince minutos". En los Simpson, Bart encarna esa frase cuando se convierte en "el niño yo no fui". Hace poco, me encontré una historia que comenzó en World of Warcraft, en 2005 y que me hizo acordar muchísimo a la historia del niño yo no fui.

Durante una partida (si es que se le llama así) un equipo estaba discutiendo su estrategia, cuando uno de sus integrantes, de nombre Leeroy Jenkins... bueno, hizo lo que pueden ver en el video. Prefiero no contarlo y que lo vean ustedes mismos, tengan paciencia que el clímax llega bien entrado el video pero vale la pena verlo todo para acumular tensión.


Después de esto, Ben Schulz, el flaco que jugaba bajo el nombre de fantasía Leeroy Jenkins saltó a la fama, al menos en el universo de World of Warcraft, gracias a que, cuando se mandó su gran cagada, la acompañó con una hilarante expresión, que en este caso no fue más que gritar su nombre.

Ben (o Leeroy, supongo) fue entrevistado en la radio, referenciado en Jeopardy y South Park e invitado a muchos lugares, por ejemplo convenciones de videojuegos, para que "dijera lo suyo". Hoy, Leeroy no es más que un artículo de wikipedia, algunos videos de youtube y un recuerdo en la memoria de unos cuantos nerds.

lunes, 31 de enero de 2011

De una república bananera y un empresario no tan bananero

Un tiempo atrás, gracias a un comentario de un profesor, conocí la sensacional historia de Samuel Zemurray, mejor conocido como Sam, the Banana Man. Espero que tengan ganas de leerla a pesar de su longitud; créanme que vale la pena.

Nacido en 1877, en la pobreza de una familía judía rusa, Sam emigró a los Estados Unidos en su adolescencia temprana para establecerse en Nueva Orleans, donde no recibió ningún tipo de educación formal. Sin embargo, fue lo suficientemente inteligente como para tener una idea. Samuel vio que los barcos importadores de bananas desechaban una parte importante de las mismas, que estaban demasiado maduras para ser distribuidas al resto del país. Entonces, comenzó a comprar esas bananas y a venderlas localmente. En poco tiempo, amasó una fortuna que le permitió comprar sus propios barcos y su propia plantación de bananas en Honduras.

Sam, the Banana Man

Pero la cosa apenas empieza a ponerse interesante. A comienzos de la década de 1910, los bancos estadounidenses coparon la parada en la aduana hondureña y comenzaron a cobrar ellos mismos los aranceles para así canalizar los fondos directamente al pago de la agobiante deuda externa del país. Zemuuray vio que esto lo podía llevar a la ruina, ya que estos impuestos eran altos y se iban a comer su margen de ganancia. Primero trató de ir por canales formales, pero el gobierno estadounidense le negó una exención. Para colmo, su enérgico pedido atrajo la atención de las fuerzas de seguridad, que decidieron vigilarlo.

Pero esto no detuvo al hombre de las bananas. En 1912, juntó al derrocado ex presidente hondureño Manuel Bonilla y a otros dos mercenarios, además de una buena cantidad de armas y municiones. El improvisado escuadrón logró escapar del Servicio Secreto y llegar a Honduras, donde rápidamente formaron una pequeña milicia y derrocaron al presidente Francisco Bertrand. Bonilla volvió así a ocupar la presidencia de Honduras pero murió a los pocos meses, no sin antes conceder una generosa exención impositiva a las operaciones banaeras de Sam Zemurray.

Lo primero es la casa, ¿no?

Hacia 1930, Sam se retiró del negocio y utilizó sus ganancias para comprar una parte de la United Fruit Company, la empresa bananera más grande del país. El retiro no duraría demasiado. Alrededor de tres años más tarde, la United Fruit estaba en crisis, presa de la depresión y una mala administración. Esto fue un llamado para Zemurray, quien logró hacerse con el control del directorio y reorganizó la empresa para que fuera rentable nuevamente.

Salteándome varios detalles, quiero pasar a la última gran aventura del Banana Man. A principios de la década del 50, el presidente guatemalteco Jacobo Arbenz impulsó una reforma agraria y laboral no demasiado amigable para la United Fruit. Zemurray debe haber recordado los viejos tiempos, salvo que esta vez estaba muy viejo para tomar las armas, por lo que adoptó una solución más madura: lograr que su gobierno haga las cosas por él. Para esto, recurrió a Edward Bernays, maestro de la propaganda y autoproclamado inventor de las relaciones públicas (de quien tal vez escriba un post en el futuro), para llevar adelante una campaña que pusiera a Arbenz en los ojos de la CIA como un potencial aliado del comunismo soviético. La campaña fue un éxito y, en 1954, la CIA apoyó un golpe de estado en Guatemala.

Víctima del Parkinson, Zemurray se retiró definitivamente de la UFCO poco después y murió en Nueva Orleans en 1961. El reinado de la UFCO declinó desde entonces y, luego de algunas fusiones y ventas, es hoy parte de la Chiquita Brands, cuyas bananas puedo encontrar en muchos supermercados. El mayor legado de Sam que puede admirarse hoy en día, fruto de una de sus tantas donaciones de carácter filantrópico, es su mansión en la avenida St. Charles (foto más arriba), donde reside el presidente de la universidad de Tulane.

Lo que queda de la United Fruit

La historia de Sam the Banana Man es la de un hombre que estaba destinado a ser un don nadie pero que, de una manera u otra, llegó a cambiar el mundo. De microemprendedor a millonario, fue cerebro de una revolución en una república bananera, se adueñó de la empresa más grande en su mercado y no se fue sin mover las palancas de otro golpe en otra república bananera. Sin hacer una valoración del bien o mal en sus acciones, creo que se trata de una historia fascinante que me llama la atención no haber encontrado en la pantalla grande. Lo más cercano que encontré es este libro.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Con ustedes, Ron Artest

Existen en el mundo algunos deportistas que se destacan por aparecer en los medios por muchas cosas accesorias al deporte que practican y se transforman en verdaderos personajes de la cultura popular. En la NBA, los primeros casos que se me vienen a la mente en las últimas dos décadas son los de Dennis Rodman y Shaquille O'Neal.

En los últimos años, ha crecido en este sentido la figura de Ron Artest. Ron-Ron siempre fue un buen jugador con muchos problemas de conducta que saltó a la infamia al llevar una pelea a las gradas en Detroit cuando era la estrella de los Indiana Pacers.



Este episodio le valió una suspensión de 73 partidos, la más larga en la historia de la NBA como consecuencia de un incidente dentro de la cancha. También generó su salida de los Pacers y el hecho de que Artest nunca volvió a ser "la estrella" de un equipo. Sin embargo, ese tal vez no haya sido el momento en el que tocó fondo: en 2007 fue arrestado bajo cargos de violencia doméstica, lo cual le valió otra suspensión y diez días de cárcel.

Pero Ron volvió con todo. En los últimos tiempos, lo hemos visto hacer muchas cosas raras, como hacer todo tipo de cosas con su pelo, aparecer en ropa interior en un programa de TV, hacerse pasar por Luis Scola en una entrevista radial (aparentemente al conductor le dijeron que iba a entrevistar a Scola y cuando a Artest lo saludaron con el nombre de Luis, se le ocurrió la jodita) y decir que un rival se parece a Justin Beiber.


Fuera de la cancha, Artest disfruta manejando este auto (curiosamente, no lo detuvieron por exceso de velocidad sino por andar con la patente vencida) y también es un célebre amante de los porotos, con las consecuencias que eso conlleva. Si hace falta algo para poder hablar de él como figura de la cultura popular, miren esta exhibición de arte que acaban de hacer en su ¿honor?


Dentro de la cancha, Ron es un gran defensor pero admitió públicamente que no entiende el sistema ofensivo de su entrenador, por lo que en ataque se limita a pararse en una esquina. Así y todo, se las ingenió para meter el triple que selló el último campeonato de los Lakers, después de lo cual dio la que probablemente haya sido una de las conferencias de prensa más desopilantes de la historia del deporte.


Flor de nabo, dirán muchos. Pero la verdadera motivación de este post nació cuando leí esta noticia: esta Navidad, Artest va a rifar su (único) anillo de campeón (¡todavía se puede participar!) Lo recaudado se destinará a dos organizaciones dedicadas a la salud mental de niños y jóvenes. Mientras Artest dona su primer anillo, el más grande orgullo que cualquier deportista estadounidense puede ostentar, Pete Sampras llora porque no le va a poder mostrar su primer trofeo de Grand Slam a sus hijos. Ron dice que la ayuda psicológica que recibió le cambió la vida y se declara un verdadero fan de la terapia. En su afán por promover este tipo de ayuda, a la que muchos no pueden acceder, ha considerado donar su salario, o una gran parte de él, a estas organizaciones, cosa que su entorno le ha desaconsejado más de una vez (pensando en el altísimo porcentaje de jugadores que llegan a la bancarrota tras su retiro, se entiende por qué).

Para los "ciudadanos comunes" es imposible entender el limbo en el que viven los ricos y famosos, en particular los deportistas. De la misma manera, es muy difícil entender la situación de aquellos que nunca llegarán a ser Ron Artest. Seguramente Artest no es un santo, pero ojalá su historia sirva de algo y sus acciones den frutos.

lunes, 28 de junio de 2010

Flor de chiste

Dos años después de pasar por una gran crisis financiera, ocurrió algo muy particular en Islandia. Un conocido comediante llamado Jon Gnarr decidió crear un el Mejor Partido y postularse para alcalde de Reykjavik, la capital del país. Sus propuestas incluyeron toallas gratis en las piscinas públicas con el objeto de que califiquen como spa de acuerdo con las normas legales y un parlamento libre de drogas en 2020. Resulta que ganó las elecciones con el 35% de los votos. Hace un par de semanas asumió su cargo.

Más allá de que las propuestas del partido fueron serias, lógicamente, esta victoria, atribuida en gran medida al "voto bronca", provocó dudas en muchas personas. Sin embargo, el alcalde Gnarr se encargó de despejarlas al declarar: "Nadie debería temer al Mejor Partido porque es el mejor partido. Si no lo fuera, se llamaría el Peor Partido o el Partido Malo. Nosotros nunca trabajaríamos con un partido así".

Además, debido a que no consiguió suficientes votos para tener una mayoría en el poder legislativo, el Mejor Partido debió buscar alianzas entre los partidos tradicionales. Para esto, Gnarr se encargó de aclarar que no haría alianzas con ningún concejal que no hubiese visto las cinco temporadas de The Wire. Evidentemente sabe de lo que habla.

Dada su relación con gente del mundo del espectáculo, el Mejor Partido se promocionó con un clip musical, que pego a continuación. Está en islandés pero con subtitulos en inglés.


jueves, 30 de julio de 2009

Cómo la vida imita a los Simpson (V)

Hoy leí dos noticias, una del día y una más vieja pero relacionada, que tienen bastante de los Simpson en lo que al tema "familia estadounidense" se refiere. Sin embargo, el vínculo prefiero hacerlo en un hecho puntual y dejarles el resto. Seguramente recuerden el capítulo de la película de Itchy & Scratchy, donde al principio Bart comete una serie de graves faltas de conducta, la última de las cuales es perder de vista a Maggie cuando la tenía bajo su cuidado. La pequeña logra entonces robarse el auto de Homero y manejarlo un buen trecho hasta chocar en una cárcel, liberando a los prisioneros.

Bueno, resulta que ayer, en Utah, un chico de 7 años se escapó robando el auto de sus padres porque no quería ir a la iglesia. La diferencia con los Simpson es que en este caso la policía no pensó que era adorable ver al nene manejando sino que inició una persecución.

Pero este pequeño no es más que un wannabe del gran Latarian Milton, un verdadero Bart Simpson de la vida real. Latarian hizo en abril de 2008 lo mismo que el chico de la noticia anterior pero sin una razón tan buena, su excusa fue que "hacer cosas malas es divertido". Su travesía, al igual que la de Maggie, terminó en un choque. No satisfecho con esto, al mes siguiente, el pibe la fajó a la abuela en pleno Wal-Mart porque ella no le quiso comprar unas alas de pollo. Luego de esto fue internado. Acá el video:



Como corolario y tal vez dejando de lado el tema de los Simpson, como en tantas otras oportunidades, este hecho recorrió viralmente la web. Mientras publico esto, Latarian tiene 3.831 fans en Facebook (entre los que no me cuento) y unas cuantas páginas que hablan sobre él. Ah, desde ayer también tiene un imitador en Utah.

lunes, 29 de junio de 2009

Influencia MJ

El jueves se murió Michael Jackson y es difícil no terminar posteando algo al respecto. Mientras algunos sacan provecho, otros se lamentan y otros hacen pelotudeces, otros se ponen a recordar cómo Jackson influyó sobre artistas de mucho talento e incluso sobre los videojuegos. Pero Michael fue tan grande que también influyó sobre gente que no tenía nada, nada, pero nada de talento, como este pibe:


lunes, 25 de mayo de 2009

Feliz día

Hoy es el día del orgullo nerd, u orgullo geek o, como es conocido en España, su lugar de origen, día del orgullo friki, en conmemoración al estreno de la primera película de Star Wars.

Aquí un homenaje a quien probablemente haya sido uno de sus inspiradores:


Tralala

A continuación, uno de los videos musicales más bizarros de la historia (NSFW): Ding dong song, por Günther y las Sunshine Girls (¡a no perderse el final!).



Este muchacho, que hoy ostenta nada menos que 40 pirulos, es un cantante pop sueco y el tema se hizo muy popular en aquel país allá por 2004. Su sitio web es imperdible, empezando por su pose al estilo Zoolander (siempre con la misma expresión) y otros temas como Teeny Weeny String Bikini o Tuttifrutti Summerlove.

martes, 5 de mayo de 2009

¡Bien, boluda!

Robado del imperdible y agregado a mis links, WTF Microsiervos.



Cuesta creer que algo así no esté guionado. La dama en cuestión se llama Giouse Cozzarelli, participante de Miss Panamá.

domingo, 15 de junio de 2008

Cermesa, cermesa, dame más cermesa

Hace unos días, nos shockeaba descubrir al nuevo valor del folclor peruano, Mari Carmen Saravia. Pero la vida siempre tiene más sorpresas reservadas (¡gracias Guido!). Por eso, de los mismos estudios de M.C.S. nos llega la música de Wendy Sulca, otra de las apariciones del folclor peruano, que con sus ocho añitos nos hace vibrar al ritmo de su hit "Cerveza". Sí, Wendy tiene ocho años y canta una canción titulada "Cerveza" que además dedica "a todos los niños del Perú".

Más allá de lo raro que es todo esto, no me explico por qué esta chica pronuncia "Cermesa" y por qué canta como un squeeze toy (esos juguetes de goma que los apretás y chillan).

Aquí les dejo el video, ¡no se pierdan el final!.

Desde ya que Wendy tiene otros temas. Entre ellos, por favor no se pierdan "La Tetita", NO TIENE DESPERDICIO.

martes, 10 de junio de 2008

Hail Technoviking!!

En esta oportunidad les presento a un nuevo personaje de la web cuya existencia desconocía hasta hoy: Technoviking.

Este muchacho se hizo popular, como tantos otros, a raiz de un video aparecido en la web. En este video, un señor pelado pero con una rubia barba y vestido con un extraño pantalón verde y un collar aparece bailando música tecno.

Aunque se desconoce su verdadera identidad, sí se sabe que:

  1. Technoviking no sabe leer.
  2. Chuck Norris está muerto. Murió a manos de Technoviking.
  3. Technoviking necesita agua mineral para vivir pero debe serle entregada con la botella mirando hacia abajo y sin hacer contacto visual, a menos que quieras acompañar a Chuck Norris.
  4. Alguien registró el dominio www.technoviking.com y jamás lo usó. Seguramente tiene miedo de terminar como Chuck Norris.
  5. Lo más importante: Technoviking no baila con la música. La música baila con Technoviking.
Esta es una de las tantas versiones del video:



Esta es la versión original. Acá está bailando "La Rama",el tema de los caballeros del zodíaco (para mí, las dos mejores versiones) y muchas más en iutub...

La niña del arpa y la cerveza

Al ver cosas como la que Uds. van a ver a continuación, uno se ve tentado a hacer horrendas generalizaciones del tipo "en Perú no se hacen problema si los niños beben alcohol". Y es que es difícil pensar algo muy distinto después de escuchar al nuevo valor del folklore peruano Marí Carmen Saravia, a.k.a. "La Niña del Arpa" (¡¿y el arpa?!) cantar su tema "Cervecita". Aquí el clip:



Acá pueden ver todos sus videos, a los cuales llegué través de este sitio.