Uno de los temas más interesantes de la política local en Washington DC es el reclamo por su statehood, algo así como "calidad de estado". Resulta que DC, al igual que la Ciudad de Buenos Aires o México D.F., es un distrito federal, esto es, no forma parte de ninguna de las provincias o estados que conforman la federación o país. De la misma manera en que, en 1880, el territorio de la actual CABA fue tomado de la Provincia de Buenos Aires y puesto bajo jurisdicción federal, el Distrito de Columbia fue creado con tierras de los estados de Maryland y Virginia en 1790 (más tarde, en 1847, la parte que había pertenecido a Virginia fue devuelta a dicho estado.).
¿Pero cuál es el problema con todo esto? Como recordarán los porteños, nosotros tan sólo elegimos a nuestro ejecutivo local desde la reforma constitucional de 1994. La cosa en DC va por el mismo lado y tiene que ver con los derechos electorales. Los ciudadanos de DC participan de las elecciones presidenciales únicamente desde 1961 y eligen a su mayor desde 1973. Sin embargo, DC todavía está en desigualdad de condiciones por varios motivos, siendo dos de los más importantes que el distrito no posee representación en el Senado nacional y que el Congreso nacional tiene la potestad de vetar cualquier ley que se apruebe en DC . Un ejemplo reciente de esto último, que desató una fuerte controversia, fue el veto a una normativa destinada a regular fuertemente la posesión de armas de fuego.
La solución a esta controversia parece muy difícil pues el Congreso mismo debería, de alguna forma, renunciar a sus potestades sobre Washington DC. Mientras tanto, existen movimientos populares y manifestaciones a partir del propio gobierno local a favor de la causa. En el frente de la casa de gobierno de DC, se puede apreciar un cartel luminoso que, además de mostrar leyendas promoviendo la causa, cuenta la cantidad de dinero que DC ha recaudado en impuestos federales. Algo bastante relevante teniendo en cuenta, por ejemplo, que el mismo gobierno federal niega fondos a DC para cumplir con estándares de infraestructura que él mismo establece.
La solución a esta controversia parece muy difícil pues el Congreso mismo debería, de alguna forma, renunciar a sus potestades sobre Washington DC. Mientras tanto, existen movimientos populares y manifestaciones a partir del propio gobierno local a favor de la causa. En el frente de la casa de gobierno de DC, se puede apreciar un cartel luminoso que, además de mostrar leyendas promoviendo la causa, cuenta la cantidad de dinero que DC ha recaudado en impuestos federales. Algo bastante relevante teniendo en cuenta, por ejemplo, que el mismo gobierno federal niega fondos a DC para cumplir con estándares de infraestructura que él mismo establece.
En el mismo sentido, cada estado ofrece en las patentes de los autos alguna leyenda conmemorativa; la de DC es "Taxation without representation", parafraseando la principal consigna de la independencia estadounidense. Un hecho curioso que ocurrió con estas patentes fue que Bill Clinton la hizo poner en el auto presidencial cuando ocupaba la Casa Blanca. La administración de George W. Bush, por su parte, reemplazó la patente por una sin la consigna. DC, de más está decir, es un distrito donde los demócratas tienen una amplia mayoría. Caminando por las calles de DC, es común encontrar manifestaciones sobre esta causa, como por ejemplo este colorido furgón.
Esperemos que llegue el día en que esto se resuelva y los residentes de DC cuenten con los mismos derechos electorales que el resto de sus compatriotas. Mientras tanto, el instituto de heráldica de la armada ya diseñó una bandera con 51 estrellas. Por si las moscas, ¿vio?
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