Hace un tiempome quejé de una no-noticia publicada por Clarín. Hoy pasó algo parecido pero peor: no sólo la noticia es viejísima sino que además es errónea.
Hoy Clarin dice que San Francisco prohibió la cajita feliz. En realidad, la prohibió hace un mes y medio. En realidad no la prohibió, dijo que solamente se pueden vender menúes con juguetes si contienen menos de 600 calorías y menos del 35% de ellas proviene de grasas (lo cual abarcaba la mayoría pero no todas la opciones de la cajita feliz). Esto está en el cuerpo de la nota pero contradice el título.
Eso no es lo peor, el 15 de noviembre, hace un mes, el alcalde de San Francisco vetó esta prohibición. La cosa ya no corre.
Pero la cosa no termina ahí. Ayer sí hubo una noticia: una asociación civil de California presentó una demanda contra McDonald's por la forma en que comercializa la cajita feliz. La misma no fue presentada en San Francisco sino en Sacramento, la capital de California y, por supuesto, todavía no hay un fallo al respecto.
En fin, el tema es muy interesante porque la obesidad infantil es un problema muy grave. California no es el único lugar donde esto se ha discutido: Wisconsin por el momento rechazó una prohibición similar. Yo me inclino a pensar que la responsabilidad debería pasar un poco más por los padres. Creo que, a diferencia del caso Activia, no hay una declaración falsa (o no comprobada) de que el producto es saludable y nadie obliga a los padres a comprársela a sus hijos.
Pero la agencia que le vendió esa nota a Clarín, le vendió caca. Y la publicaron. Y es que, mientras no encontré esta mala información publicada en otro diario argentino, sí encontré, por ejemplo, la noticia original del 2/11 publicada en un diario peruano y la de ayer, con un correcto recuento de los hechos en uno mexicano.
Hoy Clarin dice que San Francisco prohibió la cajita feliz. En realidad, la prohibió hace un mes y medio. En realidad no la prohibió, dijo que solamente se pueden vender menúes con juguetes si contienen menos de 600 calorías y menos del 35% de ellas proviene de grasas (lo cual abarcaba la mayoría pero no todas la opciones de la cajita feliz). Esto está en el cuerpo de la nota pero contradice el título.
Eso no es lo peor, el 15 de noviembre, hace un mes, el alcalde de San Francisco vetó esta prohibición. La cosa ya no corre.
Pero la cosa no termina ahí. Ayer sí hubo una noticia: una asociación civil de California presentó una demanda contra McDonald's por la forma en que comercializa la cajita feliz. La misma no fue presentada en San Francisco sino en Sacramento, la capital de California y, por supuesto, todavía no hay un fallo al respecto.
En fin, el tema es muy interesante porque la obesidad infantil es un problema muy grave. California no es el único lugar donde esto se ha discutido: Wisconsin por el momento rechazó una prohibición similar. Yo me inclino a pensar que la responsabilidad debería pasar un poco más por los padres. Creo que, a diferencia del caso Activia, no hay una declaración falsa (o no comprobada) de que el producto es saludable y nadie obliga a los padres a comprársela a sus hijos.
Pero la agencia que le vendió esa nota a Clarín, le vendió caca. Y la publicaron. Y es que, mientras no encontré esta mala información publicada en otro diario argentino, sí encontré, por ejemplo, la noticia original del 2/11 publicada en un diario peruano y la de ayer, con un correcto recuento de los hechos en uno mexicano.
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