lunes, 13 de diciembre de 2010

De subterráneos y sindicatos

En mis primeros días en DC, me sorprendió mucho oir numerosas quejas sobre el servicio del Metro. Mi reacción inicial era "se quejan porque no saben lo que es en Buenos Aires". Hoy les doy la razón a aquellos a quienes oí quejarse. Hoy, por ejemplo, pasó esto.

A diferencia de Metrovías, la empresa que administra el metro (y los buses) de DC, WMATA, es pública. La recaudación por venta de boletos apenas cubre algo más de la mitad de los gastos operativos, esto es, sin contar ningún tipo de obra o adquisición de equipamiento nuevo. Así, los problemas financieros son importantes y los problemas políticos también.

Pero por esta vez quiero dejar eso de lado y centrarme en el sindicato. A diferencia de Argentina, en EE.UU. la afiliación sindical no es obligatoria. En este contexto, una herramienta que los sindicatos utilizan habitualmente para mantener afiliados es hacer que los trabajadores valoren la antigüedad en el mismo (en inglés, seniority). Así, uno quiere afiliarse al sindicato lo antes posible y no irse nunca. Una forma de implementar esto es permitir que aquellos con antigüedad elijan qué trabajo hacer y le dejen el resto a los jóvenes.

En el caso del Metro de DC, el objeto de esta práctica es el mantenimiento de las escaleras mecánicas, cuya asignación de mecánicos rota cada seis meses. Así, los mecánicos con antigüedad eligen trabajar en aquellas escaleras que saben que están en mejores condiciones y no hacen nada: en seis meses se la encajan a otro. Peor aún, los nuevos que tienen que trabajar en una escalera hecha pelota, no tienen incentivos para arreglarla: dentro de seis meses se van a tener que dar la cabeza con otra igual. Así, la situación de las escaleras mecánicas es un desastre y estas no son una mera comodidad: ya han causado accidentes con heridos y son necesarias dada la profundidad de muchas estaciones (una de ellas esta ubicada a tal profundidad que sólo es accesible por ascensores). Ah, más tarde se desató un escándalo porque se filtró que la empresa era consciente de que un accidente así era inminente.

Esta falta de incentivos afecta también a quienes hacen el mantenimiento de seguridad de los trenes (tanto más grave, sobre todo pensando en que el año pasado hubo tres accidentes fatales) y a la fuerza de seguridad (otro ejemplo).

Los derechos de los trabajadores también son un aspecto de suma importancia en este asunto, pero cuando los líderes del sindicato equiparan el despido de un empleado por cometer un acto criminal al volante con esclavitud, la cosa fue demasiado lejos.

La primera conclusión es que los problemas de agencia (horrible traducción, por cierto) existen en todos lados y pueden ser muy dañinos. Como decía Frank Sobotka, sin seniority no hay sindicato. El primer desafío es encontrar un contrato aceptable para el sindicato (a.k.a. incentive compatible) que no genere estos incentivos tan perversos que ponen en riesgo la vida de la gente que va a trabajar todos los días. El segundo desafío es ponerlo en práctica.

"Seniority, mims, seniority. There ain't no union without it, brother."
Frank Sobotka

1 comentario:

GV dijo...

Buen post!
Me dieron ganas de ir a Wheaton a ver las escaleras
Saludos