viernes, 28 de enero de 2011

Apología del lavaplatos

Una de las primeras cosas que noté al venir a vivir a EE.UU., o incluso antes, cuando buscaba departamento, es que la máquina lavaplatos es un equipamiento estándar de prácticamente cualquier cocina de cualquier casa o departamento. En Argentina aun es un lujo. Así, con mi visión de Estados Unidos como el país símbolo del derroche de energía, siempre me pareció un desperdicio que todo el mundo usara lavaplatos.

Sin embargo, el otro día me crucé con esta nota que lista consejos para ahorrar agua. Entre ellos, y para mi sorpresa, se encuentra el uso del lavaplatos. Resulta que, a pesar de gastar más electricidad, un lavaplatos moderno ahorra agua en comparación a lavar a mano.

La idea es que no te pase esto.

Esto me resultó un poco raro así que se me ocurrió buscar en Slate, que suele publicar artículos del tipo "qué es más ecológico, ¿esta cosa o esta otra?" y efectivamente encontré uno sobre el lavaplatos. El artículo de Slate confirma al anterior aunque agrega algunas advertencias, entre ellas que hay que usar la lavaplatos cuando está lleno (lo cual es un problema si uno vive solo) y que uno obviamente puede esmerarse y ser más eficiente a mano que el lavaplatos aunque la diferencia realmente no vale la pena. Por otra parte, descargalo es un embole como lo muestra Homero.

Lamentablemente, en Argentina son aparatos muy caros y las cocinas no están pensadas con espacio para uno. Por allá se podría empezar por hacer que los porteros dejen de baldear las veredas. De paso, uno llegaría al trabajo con los zapatos secos.

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