martes, 29 de marzo de 2011

Apostillas (XV)

Se nos termina el primer trimestre del año y siguen pasando muchas cosas locas:

  • Un popurrí del Japón post tsunami. Mientras algunos le sacan provecho a la situación, por ejemplo robando un banco, este muchacho se calzó un traje de buzo y fue a rescatar a su esposa. Después salvó a su madre y después a cualquier extraño. En tanto, las empresas aceptan renunciar a un recorte de impuestos para que el gobierno utilice el dinero para la reconstrucción, aunque mi sospecha (desinformada) es que no necesitan un recorte si van a registrar pérdidas. En cuanto a los muertos, aunque el 99,9% de los japoneses elige ser cremado, en esta crisis no queda otra opción queutilizar fosas comunes.
  • En Futility Closet, una interesante muestra de cómo el planisferio distorsiona el tamaño de los continentes, especialmente agrandando la Antártida y Groenlandia, y achicando África. Me pregunto si esto afecta en alguna medida las percepciones sobre los problemas climáticos.
  • Las autoridades de transporte estadounidenses, junto con los fabricantes de buses, evalúan cambiar las normas respecto del peso estimado de los pasajeros, debido a que la gente es cada vez más gorda. En medio de esto, una idea interesante: vender zanahorias como si fueran comida chatarra.
  • Desde que estoy en EE.UU., ya me ha tocado evacuar mi departamento innecesariamente en un momento inoportuno (estaba viendo la definición del campeonato de F1). A mis amigos les han tocado experiencias similares. Acá cuentan que tal vez valga la pena. Será una cuestión de error de tipo 1 contra error de tipo 2, supongo.
  • La federación francesa de ajedrez investiga a sus propios jugadores (y su entrenador) por sospechas de que han hecho trampa en la última olimpíada. Bien por ellos que no lo barren bajo la alfombra. Y cómo me molesta la gente que hace trampa.
  • La tragedia de los comunes en su más grotesca expresión. ¿No se soluciona sacándoles las ruedas a los contenedores? Tal vez se podría dar un descuento en ABL como compensación.
  • Según dicen acá, en la redacción de Página/12 no hay internet y las computadoras tienen DOS. O es un chiste o no me entra en la cabeza.

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