viernes, 4 de marzo de 2011

El interesante y único mundo del Slug Line

Una de las características distintivas de la geografía urbana estadounidense es el modelo de vida suburbano, es decir, los barrios de casas, típicamente para gente de clase media y media-alta ubicados en las afueras de la gran urbe y unidos con esta por autopistas. Cuidado que no estamos hablando sólo de localidades adyacentes a la ciudad sino también a distancias que pueden superar los 50km.

Esto genera una gran dependencia del automóvil para llegar a trabajar, pues es difícil pedirle a una red de transporte público que cubra un área tan grande y tiene, a su vez, como consecuencia, serios problemas de tránsito y de contaminación ambiental.

Una de las respuestas a esta situación es bastante conocida: el carpooling. Se llama así al hecho de compartir el auto con otras personas para ir al trabajo. Muchos gobiernos han buscado incentivar esta actividad a través de los carriles de alta ocupación, que son carriles en las autopistas que, en hora pico, sólo pueden ser transitados por vehículos con dos (o a veces tres) o más pasajeros. Personalmente, soy escéptico respecto de que esta intervención tenga un efecto neto positivo, pues causan una mayor congestión a todos los demás. Pero la idea de este post es contar una variante bastante original del carpooling que surgió en DC hace más de 35 años, poco después de que se establecieran carriles de alta ocupación y que el precio de la nafta se fuera a las nubes: el Slugging o Slug Line.

Pasajeros esperando y subiendo a un auto (WaPo)

El Slugging no es más que una suerte de carpooling espontáneo que residentes de Northern Virginia crearon para ir a trabajar a DC, en la cual aquellos que desean manejar levantan pasajeros en paradas establecidas en lugares clave, quienes se bajan usualmente en la parada más cercana al destino del conductor. No existe ningún tipo de retribución por esto sino que se basa en la reciprocidad: el conductor necesita a los pasajeros para poder utilizar los carriles especiales y así llegar más rápido. Además, hay reglas implícitas por las cuales no se debe comer, beber o fumar en el auto, ni tampoco tocar la radio o el aire acondicionado.

Realmente, como fenómeno sociológico, el slugging es notable, ya que no tiene ningún tipo de organización centralizada, aunque sí está reconocido por el gobierno de la ciudad que, por ejemplo, pone carteles en la vía pública indicando las paradas de carga y descarga de pasajeros. Además, tiene un sitio web no oficial que incluye, por ejemplo, un foro de "lost & found" para aquellos que se olvidan un objeto en el auto de quien los lleva. Su sobertura es impresionante y se puede ver en este Google Map. A la vuelta de mi trabajo hay una parada y uno de los recorridos supera los 43km. Lamentablemente, no vivo tan lejos como para probarlo.

Cartel señalizando la nueva ubicación de una de las paradas

Finalmente, está claro que esta práctica no está exenta de riesgos: algunos sluggers dicen haber tenido problemas con la policía y hace unos meses surgió una noticia sobre un conductor que empezó a manejar como loco y casi se mata con algunos pasajeros a bordo. Resultó ser un ex militar con problemas psicológicos. Así y todo, es una forma muy original de ahorrar recursos.

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